Dendho, Dendhó o Doendhó,
es una palabra otomí que significa “sobre piedra”. Es una comunidad perteneciente
a Jilotepec, en el Estado de México, que resalta por poseer una cruz lítica
cuya construcción data de mediados del siglo XVI.
Dicha cruz no está
asociada a otra construcción religiosa: atrio, templo, cementerio... Ahora está
a un costado de la calle principal y entre casas, a un costado se ha construido
una pequeña iglesia; pero hace unos 30 años se encontraba sola y escondida
entre terrenos de labor. Se mira ladeada con muchos centímetros de desplome
pero firme .
Mide aproximadamente 4 m. Su basamento es fuerte y amplio construido de dos cuerpos; el primero es de 3.00m
X 3.00m en sus lados X 2.30m de altura, aproximadamente;
el segundo, que es la peana sobre la que se desplanta la cruz es de 2.40m en
sus lados y 2 m de altura, aproximadamente. Sobre ella se recorta la cruz de
piedra basáltica que apunta al cielo, sus brazos apuntan uno al norte y otro a
sur, por lo que sus caras dan una al oriente y otra al poniente; la misma
orientación que se daba entonces a las iglesias. Su altura aproximada es de
2.60m y la amplitud de sus brazos de 1.80m. Consta de dos piezas: una para el
mástil y otra para los brazos y el remate.
En la primera base existen
tres cavidades en forma de cubo. donde se colocaban las ofrendas y/o luminarias (veladoras o
velas); pero en el costado sur no lo tiene. En la segunda base tres
escudos franciscanos por lado, sumando en total 12. Cada escudo con el símbolo
de las 5 llagas de Jesucristo, con las que fue estigmatizado el Santo de Asís, y
el cordón franciscano.
Hoy se le mira agregado un
soporte en torno a la primera base, construido a iniciativa de quien fuera
delegado en dicha comunidad, el Sr. J. Carmen Reyes Navarrete, sin la cual no habría
podido sostenerse en pie.
La cruz no es muy
elaborada: en la cara que da al oriente, en la intersección de los ejes que
forman la cruz se aprecia el rostro de Jesucristo coronado de espinas, las
puntas de los brazos y el astil terminan con motivos vegetales.
Respecto a su razón de ser
existen tres versiones:
La tradición y el testimonio
de los escudos dicen que los franciscanos la construyeron, con mano indígena, a
mediados del siglo XVI por ser Jilotepec cabeza de provincia, y era primordial
evangelización de la misma, es decir, su motivo fue evangelizador, y que
representa un sincretismo religioso: por un lado la significación cristiana y
por el otro la cosmovisión indígena del universo: el mástil vertical que del
suelo apunta al cielo habría de ser el cem-anahuac o centro del universo,
rodeado por los cuatro rumbos del universo (puntos cardinales) señalados por
los brazos y caras de la cruz, cada rumbo regido por una divinidad.
Por otro lado, desde siempre
su festividad es el tres de mayo, fecha media en que se inicia el periodo de
lluvias, por lo que también representa su relación con la fertilidad de los
campos, o sea, lugar de oración para pedir protección a los campos sembrados que
sean regados por buen temporal de lluvias y obtener buenas cosechas, relacionando
la sangre de Cristo con este hecho de fertilidad.
Sin embargo entenderla
solamente de este modo, causa duda ya que las cruces para dicho acto
estaban completamente cubiertas de simbolismos, como es el caso de la cruz
atrial de la parroquia de Jilotepec.
Una segunda
interpretación, que sostiene el arqueólogo Hugo Antonio Arciniega Ávila[1],
es que dicha construcción es una Cruz de
términos, es decir, cumplía la función de mojón para señalar los límites
entre las encomiendas de María Xaramillo y Beatriz de Andrada.
La tercera, sostenida en
parte por Juan Benito Artigas[2]
es que señalaba y protegía un cruce de caminos. Esta es la más popularizada en
la región; y al decir que se trataba de un cruce de caminos, no se trataba de
cualquier camino, si de de la primera traza del camino de la plata, es decir
del camino real de tierra adentro, que iba desde el centro de México a Santa Fe,
Estados Unidos. En su primera traza dicho camino pasaba de la hacienda de la
Cañada en Tlautla, Corrales, Jilotepec, de aquí seguía a Canalejas,
Calpulalpan, Arroyo Zarco, San Juan del Rio.... Posteriormente dicho camino se
desvió y ya no entró a Jilotepec, sino de Corrales a Soyaniquilpan, y de aquí,
a Calpulalpan, pasando por el pueblo de San Miguel de la Victoria, de tal modo
que para 1590 a la primera traza ya se le conoce como “el camino viejo”. Mucho
después de pasar Tlanepantla, tenía una derivación hacia Tula, de ahí a
San Antonio Tula, a pasar por terrenos de la hacienda de la Goleta, llegar a
terrenos de San Miguel de la Victoria, Calpulalpan, Aroyo Zarco....
De acuerdo a esta
interpretación, la cruz se construyó al pie del camino por donde pasaban las
diligencias, siendo un humilladero, es decir, puesto que Jilotepec era la
frontera de la parte pacificada de la Nueva España, una vez cruzada, los
viajeros quedaban a expensas de los ataques de los indios Pames y Huachichiles que
tenían asolado dicho camino, por lo que los viajeros se detenían ante este Cruz,
cuando iban hacia el norte, para encomendarse a su protección y cuando volvían,
para agradecer que habían llegado bien a tierras pacificadas.
Cual haya sido su función,
¿por qué no pensar en las tres a la vez?, es un monumento histórico, al
entender de los estudiosos de la historia, el más antiguo in situ en América Latina.