¿QUÉ ES LA
IGLESIA ORTODOXA?
Hace ya
más de dos mil años, Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a la tierra y fundó la
Iglesia, a través de sus Apóstoles y discípulos, para la salvación de la
humanidad. Las enseñanzas de los Apóstoles y la Iglesia se esparcieron en los
siguientes años. Las iglesias que fueron fundadas por los Apóstoles pertenecen
a los cinco patriarcados:
1). Roma:
fundada por San Pablo y primera capital del Imperio Romano, en la cual fueron martirizados
San Pedro y San Pablo en el año 64)
2).
Constantinopla, fundada por San Andrés y segunda capital del Imperio.
3).
Alejandría, el principal centro político, cultural y filosófico de
África, fundada por San Marcos.
4).
Antioquía, centro principal de Oriente, llamada la ciudad de Dios, fundada por
San Pedro y San Pablo, de la cual San Pedro fue su primer Obispo.
5).
Jerusalén, llamada la Madre de la Iglesia, en la cual Nuestro Señor predicó y
obró la redención. En la era apostólica fue presidida por el apóstol San Jacobo
(Santiago), quien fue su primer obispo.
Tiempo
después fueron fundadas las de Sinaí, Rusia, Grecia, Yugoslavia, Rumania y
muchas más. Estas iglesias, independientes en su administración, están en
completa unión una con otra, con una excepción, la de Roma, desde el sisma
oriente-occidente en 1054, y desde entonces la iglesia de Roma con la teología
escolástica adoptó nuevos dogmas que no existían antes, los cuales no
los aceptó la iglesia ortodoxa por razones teológicas.
La Iglesia católica apostólica
ortodoxa es una comunidad cristiana, cuya antigüedad, tradicionalmente, se
remonta a Jesús y a los doce apóstoles, a través de una ininterrumpida sucesión
apostólica. Por el número de personas, la iglesia ortodoxa es la tercera de las
tres grandes iglesias o comunidades cristianas, después de la Iglesia Católica
Apostólica Romana y el conjunto de iglesias protestantes.
La Iglesia ortodoxa se considera la
heredera de todas las comunidades cristianas de la mitad oriental del
Mediterráneo (esto lleva a ciertas tensiones con iglesias orientales unidas a
Roma). Su gran expansión se debió a la labor de grupos misioneros que viajaron
por toda la zona oriental de Europa.
La palabra “ortodoxo” (del griego,
‘creencia correcta’) implica una seguridad en relación con la fe apostólica.
Su doctrina teológica se estableció
en una serie de concilios, de los cuales los más importantes son los primeros
Siete Concilios, llamados “ecuménicos”, que tuvieron lugar entre los siglos IV
y VIII. Tras varios desencuentros y conflictos, la Iglesia católica ortodoxa y
la Iglesia Católica Romana se separaron en el llamado “Cisma de Oriente y
Occidente”, el 16 de julio de 1054. El cristianismo ortodoxo se difundió por
Europa oriental gracias al prestigio del Imperio bizantino y a la labor de
numerosos grupos misioneros.
La Iglesia ortodoxa está en realidad
constituida por 9 patriarcados, y según otros por 10, que sólo reconocen el
poder de su propia autoridad jerárquica; por ejemplo, del Patriarca de
Alejandría, de Antioquía, de Constantinopla, etc.
En la actualidad, el cristianismo
ortodoxo es la religión predominante en Bielorrusia, Bulgaria, Chipre, Georgia,
Grecia, Montenegro, Moldavia, la República de Macedonia, Rusia, Rumania, Serbia
y Ucrania.
Hay comunidades grandes en
Kazajistán, Letonia, Bosnia-Herzegovina, Albania, Kirguistán, Estonia, Líbano,
Uzbekistán, Turkmenistán, Siria, Croacia, Lituania, Uganda y Cisjordania.
Debido a la emigración, existen también comunidades importantes en Alemania,
Argentina, Australia, Canadá, Chile, España, Estados Unidos, Francia, Gran
Bretaña, Italia y toda América Latina.
Ubicación.
El
MONASTERIO ORTODOXO SAN ANTONIO EL GRANDE está situado en la Localidad de El
Xhitey, municipio de Jilotepec, Estado de México (a ocho kilómetros de
Jilotepec). Se llega a través del Camino
al Xhitey Antouan Moussa Chedraoui Tannous, nombre puesto en honor
al arzobispo de esta grey, gran amigo y benefactor de Jilotepec.
Las
instalaciones del Monasterio incluyen celdas, talleres, hospedería, salones de
clase, auditorio, establo, bodegas, invernaderos, capilla.
Actividades.
El
MONASTERIO ORTODOXO SAN ANTONIO EL GRANDE, perteneciente a la Iglesia Ortodoxa Antioquena
—bajo el omoforio de su Eminencia Ignacio Samaán, arzobispo de México,
Venezuela, Centroamérica y el Caribe—, realiza diversas actividades: servicios
litúrgicos, atención espiritual, producción agrícola, panadería,
hospitalidad y hospedaje a visitantes, venta de sus productos (lácteos, artesanías,
productos orgánicos...)
Comienzos.
El día 8 de
septiembre de 1998, su Eminencia el arzobispo metropolitano Antonio Chedraoui inicia
la obra del Monasterio. El día 31 de julio de 1999, con la bendición de sus
Eminencias, arzobispo Antonio Chedraoui —metropolita de la arquidiócesis de
México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe— y arzobispo Sergio Abad
—metropolita de la arquidiócesis de Chile—, se bendijo la Primera Piedra de la
capilla del Monasterio dedicado a san Antonio el Grande, padre del monaquismo.
Durante los
últimos seis meses del 2001, cinco iconógrafos rusos trabajaron en la capilla
del Monasterio por invitación de su Eminencia. La capilla resalta la luz
mística del arte eclesiástico ortodoxo cuyo objeto es elevar la mente —o mejor
dicho, todo el ser— hacia la Verdad, a la cual se debe dirigir todo interés:
Cristo.
La consagración de la
Capilla.
El jueves 24
de febrero de 2005, con la participación de todos los sacerdotes de la
arquidiócesis y con una impresionante asistencia de la feligresía, su Eminencia
Metropolita Antonio, presidió la Consagración de la capilla del Monasterio
Ortodoxo San Antonio el Grande.
Servicios que presta.
El
monasterio está abierto a toda persona de buena fe. Auxilia con orientación
espiritual, administración de sacramentos, administración de sacramentales
(tres años, XV años, atención espiritual a enfermos). Cuenta con columbario para quienes opten por la cremación. Misa dominical a las 10 hrs.,
entre otros.
El templo ortodoxo es en sí mismo una catequesis: está orientado, es decir, la entrada da al poniente y el santuario al oriente, de tal manera que cuando el cristiano se encuentra en algún servicio litúrgico, le da la espalda a las sombras, y su rostro se dirige hacia la luz, las obscuridad símbolo del mal, la luz es Cristo, "Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz eterna" (Jn 8:12). El sacerdote, por ser quien encabeza la oración ora en la misma posición es decir, de espaldas al pueblo y de frente al altar.
Su iconografía es de un misticismo exquisito. En ella se representa las fiestas principales de la ortodoxia, que es la Historia de la salvación y algunos santos. En el frente la trinidad según el A. T. franqueada por el icono de San Antonio el Grande y la Virgen de Guadalupe, y en la cúpula el Pantocrátor.
En el interior del santuario, frente al altar de los dones, Cristo como sumo sacerdote, al frente: Cristo sumo sacerdote profeta y rey, acompañado de la Virgen María, el precursor Juan el Bautista y los apóstoles Pedro y pablo.
Y al lado izquierdo el icono de la resurrección. Al centro de la bóveda, la trinidad en la versión de N. T.
El templo ortodoxo es en sí mismo una catequesis: está orientado, es decir, la entrada da al poniente y el santuario al oriente, de tal manera que cuando el cristiano se encuentra en algún servicio litúrgico, le da la espalda a las sombras, y su rostro se dirige hacia la luz, las obscuridad símbolo del mal, la luz es Cristo, "Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz eterna" (Jn 8:12). El sacerdote, por ser quien encabeza la oración ora en la misma posición es decir, de espaldas al pueblo y de frente al altar.
Su iconografía es de un misticismo exquisito. En ella se representa las fiestas principales de la ortodoxia, que es la Historia de la salvación y algunos santos. En el frente la trinidad según el A. T. franqueada por el icono de San Antonio el Grande y la Virgen de Guadalupe, y en la cúpula el Pantocrátor.
En el interior del santuario, frente al altar de los dones, Cristo como sumo sacerdote, al frente: Cristo sumo sacerdote profeta y rey, acompañado de la Virgen María, el precursor Juan el Bautista y los apóstoles Pedro y pablo.
Y al lado izquierdo el icono de la resurrección. Al centro de la bóveda, la trinidad en la versión de N. T.
Los cuatro evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan, cada uno en una de las esquinas de la bóveda.
En la parte baja del muro, iconos de santos, en la parte media, mártires y en la parte alta, las fiestas principales. Pero en todo caso, son iconos que reflejan paz, serenidad, alegría, que es la alegría que debe sentir el cristiano porque Cristo ha resucitado y está entre nosotros. No hay imágenes que reflejen tristeza o dolor.
Fuentes:
www.iglesiaortodoxa.org.mx