La historia la escriben los
vencedores y a estos se les llama héroes, en tanto que sus antagonistas se
convierten en los villanos; sin embargo, debiéramos comprender que no existen
los unos ni los otros, sino solamente hombres con aciertos y con errores que
actúan de acuerdo a las circunstancias de su contexto, coexistiendo en una
relación dialéctica que causa los cambios sociales.
En nuestro país, durante el
gobierno de Benito Juárez, que representa la formación de la República, se dio
la lucha fratricida entre liberales contra conservadores. A consecuencia de la
“Batalla de Calpulalpan” ocurrida en territorio de los hoy municipios de
Soyaniquilpan y Jilotepec, en el Estado de México, los liberales resultaron vencedores;
pero surge la pregunta: ¿y su hubieran ganado los conservadores?
Uno de esos conservadores fue el tristemente célebre LIndoro Cajiga.
Uno de esos conservadores fue el tristemente célebre LIndoro Cajiga.
Español, originario de
Santander. Después de su llegada a México se emplea como administrador en
diversas haciendas. No se conoce en qué momento deja el trabajo honrado y se
convierte en el bandido cruel y desalmado, azote de los hacendados y asaltante feroz
de los viajeros en los convulsionados años de la Reforma, fue jefe de una
gavilla de saltadores bien organizada cuyo centro de operaciones estaba en las
cercanías de Arroyo Zarco, Estado de México, donde aterrorizaba a la población
cada vez que volvía atropelladamente para celebrar sus violentas hazañas
(Molina, Sandra. 2014).
Partidario de los
conservadores por lo que Leonardo Márquez le encomienda hacer prisionero a Don
Melchor Ocampo.
“El jueves de corpus, 30 de
mayo de 1861 se presentó en casa de Melchor Ocampo en su hacienda de Pomoca
(anagrama de Ocampo); pregunta por Ocampo y cuando éste aparece, le presenta un
papel firmado por Leonardo Márquez en el que le ordena se presente a su
cuartel. Ocampo lo invita a comer a él u su gente; pero Lindoro rechaza la
invitación. Lo hace prisionero, llevándolo en un mal rocín rumbo a Pateo y de
ahí a Paquisihuato en donde desmontaron una media hora continuando el camino
rumbo a Maravatío; ahí llegaron a las seis de la tarde parando en el mesón
Santa Teresa.
“El viernes salieron con el
prisionero a las 6 de la mañana y pernoctaron en Toxhic, pasando por Tepetongo.
El sábado salieron nuevamente y llegaron a la Villa del Carbón (otras fuentes
refiere que llegaron a la hacienda de Arroyo zarco, donde estaba el general Zuloaga, que seguía ostentándose como presidente. Con él se hallaba aquel terrible Leonardo Márquez. Y de ahí a Tepeji); el domingo 2 de junio, muy temprano arribaron a la población de
Tepeji del Rio. Ahí lo ponen en el mesón de Las Palomas con centinelas de vista.
Finalmente Ocampo es ejecutado el lunes 3 de junio en la hacienda de Caltengo.
(Romero flores, 1959).
A la muerte de Ocampo, Benito Juárez declaró fuera de la Ley a Felix Zuloaga, Leonardo Márquez y Lindoro Cajiga, ofreciendo una recompensa de diez mil pesos a quien liberase a la sociedad de cualquiera de ello. Leandro Valle fue comisionado para encontrarlos y ejecutarlos.
A la muerte de Ocampo, Benito Juárez declaró fuera de la Ley a Felix Zuloaga, Leonardo Márquez y Lindoro Cajiga, ofreciendo una recompensa de diez mil pesos a quien liberase a la sociedad de cualquiera de ello. Leandro Valle fue comisionado para encontrarlos y ejecutarlos.
Cajiga, con su gavilla de salteadores, continúa en su carrera delictiva dedicándose a robar y buscar problemas en las haciendas donde alguna vez había servido como administrador ya que conocía todos sus movimientos, riquezas y secretos. Al concluir cada uno de sus atracos, llegaba al poblado de Acambay, donde tenía su guarida, para festejar con borracheras y causando desmanes. En una de éstas, cuando intentaba colgar a un principal del lugar, a Jesús Serrano, "como respuesta a la búsqueda ordenada por el Presidente Juárez, entraba en la población un grupo de rurales comandados por los coroneles de caballería: Victoriano Espíndola, Francisco Barriga y el mayor Soria al que apodaban "El Zancarrón" por su extrema altura y quienes desde días anteriores le seguían la pista a Cajiga. Un niño corrió delante de los caballos de la brigada gritando ¡vienen los soldados!... Lindoro escuchó la alerta y presuroso corrió hacia el "arroyo de la muerta" dejando a Serrano con la soga al cuello. A la orden de "El Zancarrón" el grupo se dividió en dos, y una parte, seguida por la gente del pueblo quienes se sintieron apoyados por los soldados, y mientras la gente del coronel Barriga auxiliaron a Serrano, los soldados de Espíndola fueron en persecución de Cajiga y sus bandoleros. Llegaron al arroyo atrás de un mesón donde se hospedaba y sólo encontraron a una señora cuidando guajolotes, que al preguntarle por el paradero de los huidizos, la señora solamente se limitó a señalar el boquete donde se habían metido. Cajiga fue sacado a punta de bayoneta y agredido inmediatamente por la turba encolerizada que lo golpeó, apedreó y macheteó hasta matarlo, pasó un rato y después de rescatar el cadáver y quitar la bandera de España que Lindoro había colgado en la puerta del mesón, lo trasladaron al centro de la población donde cortaron su cabeza para mandarla hasta Arroyo Zarco y el cuerpo fue colgado en el mismo árbol y con la misma cuerda que Lindoro había colocado para Serrano, donde fue dejado por mucho tiempo. (Facebok. Acambay La Casa del Cronista).
En 1862 fue ejecutado en Acambay Lindoro Cajiga, captor de Don Melchor Ocampo. En el Jardín central de dicho lugar existe una placa alusiva a la ejecución; pero con un error: cita el acontecimiento en 1861.
En el libro "Manifiestos. el imperio y los imperiales", respecto a esta captura y ejecución dice:
Al escuchar la versión de algunos descendientes de personas que presuntamente fueron ayudados económicamente por Cajiga, lo citan como una persona buena al estilo de “El Zorro” o “Chucho el Roto”, es decir, quitaba a los ricos para darlo a los pobres.
Quise escuchar la versión de los descendientes de Cajiga; pero no me aceptaron una entrevista. Seguiré insistiendo y tal vez algún día pueda ampliar este escrito.
“Lindoro Cajiga, José Alonzo y José María
Ibarburen, españoles los tres, subordinados de Márquez..., hacían diversas correrías
cerca de Arroyo Zarco, terreno conocido de Cajiga, porque lo había administrado,
y frecuentes eran los pasos de éstos a la vista de la hacienda y de Espinóla, a
quien tenían empeño de burlar. Llegó la ocasión de que el coronel se hiciera de
un viejecito que tenía varios hijos, vecinos de la inmediata hacienda de San Juanico,
víctimas de los expresados guerrilleros, y dando uno de éstos como guía al comandante
Rafael Domenzain, jefe del noveno escuadrón, sorprendió el capitán José María Casillas
a la clase de tropa que se encontraba dormida dentro de una troje cónica, haciéndola
prisionera, y Domenzain sorprendió también en el cerro de la hacienda a siete españoles
y otras tantas mujeres, sacándolos del interior de una cueva, donde también
había dinero, alhajas, ropa y víveres; pero como no habían caído los cabecillas
y era preciso buscarlos, porque allí se encontraban con sus compañeros, se mandó
dispersar la tropa en su busca, hasta que fue sacado Alonzo del abra de una peña,
donde había podido ocultarse. Este y todos los prisioneros fueron conducidos a Arroyo
Zarco, y al ser enviado el primero para México, fue fusilado en San Francisco
Calpulálpam[1],
habiendo sido infructuosos los empeños que los señores Rosas y Terreros, vecinos
pudientes de México, interponían en favor del prisionero cerca del señor
general Doblado.
El 24 por la noche dispuso el coronel Espinóla
nueva partida al mando del comandante don Francisco Barriga con el primer escuadrón
y el mismo guía, logrando sorprender á Cajiga en San Miguel Acambay, al amanecer
del 25. Teniéndose noticia que habitaba una casa de la plaza, el capitán de la primera
compañía don Pablo Heredia y el sargento primero Juan Ramírez fueron en su persecución;
mas sabiendo por una mujer que Lindoro se había fugado brincando a pie los cercados
de la parte posterior de la casa, echaron a seguir la huella, y en efecto, el sargento
lo alcanzó y condujo a la plaza, donde a la sazón que llegaban las fracciones
restantes del asalto, se precipitaron sobre Cajiga y lo mataron.
Llegó por fin el comandante Barriga, se echó
pie a tierra, con el cuchillo de monte que llevaba al cinto, se le separó al cadáver
la cabeza del tronco, la hizo envolver en una zalea negra que servía de sudadero,
hizo que la amarraran como maleta en los tientos de su silla, sobre el caballo que
montaba, y al frente de su escuadrón regresó a Arroyo Zarco, a entregarla a su superior,
el coronel Espinóla."
Al escuchar la versión de algunos descendientes de personas que presuntamente fueron ayudados económicamente por Cajiga, lo citan como una persona buena al estilo de “El Zorro” o “Chucho el Roto”, es decir, quitaba a los ricos para darlo a los pobres.
Quise escuchar la versión de los descendientes de Cajiga; pero no me aceptaron una entrevista. Seguiré insistiendo y tal vez algún día pueda ampliar este escrito.
Referencias.
Romero Flores Jesús. 1959. Don Melchor Ocampo. Eed. Botas. Segunda
edición. Citado por Zambrano José Antonio.2016. Monografía de Tepeji del Río,
pp 57-59.
Molina, Sandra. (2014)101 villanos de la historia de México. Grijalbo.
En https://books.google.com.mx/books?
Facebook.
Acambay La Casa del Cronista. https://es-la.facebook.com/garyserper/posts/1875263459375922
Márques, Leonardo. (1907). Manifiestos. El imperio y los imperiales. Rectificaciones de ángel Pola. México.
Márques, Leonardo. (1907). Manifiestos. El imperio y los imperiales. Rectificaciones de ángel Pola. México.
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ResponderEliminarHola, soy Rosa Maria Cajiga bisnieta de Lindoro Cajiga! agradezco todos los datos e información recolectados, me encantaría intercambiar más información al respecto! Muchos saludos
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EliminarGracias por su comentario.
Será un honor y un placer poder dialogar con usted, ya que no he tenido suerte de coincidir con un familiar suyo.
Para poder comunicarnos y ponernos de acuerdo, le dejo mi correo aristeoteles@gmail.com
Saludos.
Hola, soy Pedro Cajiga de Mexico me gustaria tener mas informacion de la familia si la tienen gracias
EliminarYo soy de acambay
EliminarSi
Eliminarbuena historia al fin la justicia alcanzo a una persona de mal, no como a marquez que quedo impune.
ResponderEliminarPersonas de bien o personas de mal,todo depende del enfoque desde el que se mire.
EliminarMuy buena historia solo que no está completa
ResponderEliminarAgradeceré tu aportación para completarla.
EliminarQué fascinante e interesante. Me pareció muy intrigante la última parte en que trató de entrevistar a los descendientes pero esto se negaron. Mi abuelo en reiteradas ocasiones mencionaba a la hacienda de Arroyo Zarco y me imagino que Cajiga anduvo merodeando por La Palma al estar tan cerca, y tal ves haciendo de las suyas.
ResponderEliminarQue maravilla encontrarme con este blog.
Yo soy tataranieta de Lindoro Cajiga, me encantaría saber más sobre su vida. Si tiene nuevos datos se lo agradecería mucho !Muchos saludos!
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