lunes, 15 de agosto de 2011

SANTIAGO COMO TOPÓNIMO


En América, Santiago es uno de los nombres más difundidos gracias a las devociones de Santiago de
Compostela. Hace honor al Apóstol Santiago el Mayor, Santo patrón de España y patrono principal de Europa, cuya fiesta se celebra el 25 de julio. El nombre Santiago, proviene de dos palabras Sant Iacob, porque su nombre en hebreo era Jacob
Santiago, Hijo de Zebedeo y Salomé. Era el hermano mayor del Apóstol Juan. Jesús les puso el sobrenombre de «hermanos boanergués» («hijos del trueno»). Fue uno de los primeros que recibieron la llamada de Jesucristo, cuando estaba pescando en el lago de Genesart, junto a su hermano, y fue uno de los discípulos más apreciados por Jesucristo, de tal manera que estuvo presente en dos de los momentos más importantes de su ministerio: la Transfiguración en el monte Tabor (Lucas, 9) y la oración en el Huerto de los Olivos, junto a Simón Pedro y a su hermano Juan.
De acuerdo a la tradición, Santiago Evangelizó España y su vuelta a Jerusalén para su martirio se debió a que cuando María ve cerca su muerte, recibe la visita de Jesucristo resucitado. Ella le pide estar rodeada por los apóstoles en el día de su muerte, pero todos ellos están dispersos por el mundo. Jesucristo le concede su deseo y permite que sea la misma María, por medio de aparición milagrosa, quien avise a sus discípulos. La aparición de María a Santiago se habría producido sobre un pilar en la actual Zaragoza, columna que se sigue venerando en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, en la capital aragonesa.
Santiago habría hecho todo el viaje de vuelta desde España hasta Jerusalén para encontrar a la Virgen (ya que ella seguía viva allí, en la capital de Judea) antes de su dormición, hallando la muerte ante Herodes Agripa en el martirio. En los Hechos de los Apóstoles se habla cuando, tras una prédica, es martirizado en Jerusalén hacia el año 44, muerto a filo de espada por orden de Herodes Agripa I, rey de Judea. “Por aquel tiempo, el rey Herodes comenzó a perseguir a algunos miembros de la iglesia. Ordenó matar a filo de espada a Santiago, el hermano de Juan; y como vio que esto había agradado a los judíos, hizo arrestar también a Pedro”. (Hechos 12:1-3)
La leyenda se cierra con que sus discípulos habrían llevado su cuerpo, conservado de alguna manera, por el mar Mediterráneo en una mítica embarcación de piedra y habrían costeado el Atlántico nuevamente hasta Galicia, donde lo habrían enterrado.
El rey Alfonso y sus descendientes convierten al apóstol en un símbolo del combate contra el islam, naciendo así la imagen de Santiago Mata-moros. En el año 859, el rey Ordoño I de Asturias dijo haber obtenido la victoria sobre los moros (musulmanes) en la Batalla de Clavijo porque se le apareció el apóstol Santiago Matamoros, el 23 de mayo del año 844. De acuerdo con aquella leyenda, al día siguiente los ejércitos de Ramiro I, animados por la presencia del apóstol montado en un corcel blanco, vencieron a sus oponentes.
En pintura y escultura se suele representar a Santiago matamoros con tocado de sombrero con concha de peregrino y blandiendo una espada, sobre un caballo blanco y arrollando a un grupo de moros (musulmanes) caídos por tierra. O bien, un peregrino de sombrero con báculo y cantimplora.

TOPÓNIMOS EN MÉXICO.
A la caída de Tenochtitlán, inició de la conquista del nuevo mundo. Apenas han transcurrido 677 años del inicio de la leyenda de Santiago Matamoros, por lo que el fervor a este Santo está en su clímax, y no es de extrañar que los files creyentes después de cada conquista pongan bajo su protección a los pueblos conquistados. De ahí que el 25 de Julio, en América, se celebra la fiesta de Santiago Apóstol como Patrón de las siguientes ciudades fuera de México:
§  Santiago de Chile.
§  Caracas, Venezuela (la cual fue fundada el 25 de julio de 1567 con el nombre de Santiago de León de Caracas).
§  Santiago de Guayaquil (Ecuador).
§  Santiago de Cuba.
§  Santiago de Cali, Colombia.
§  Santiago de Guatemala.
§  Santiago de Veraguas (Panamá).
§  Santiago de Chiuitos (Bolivia).
§  Santiago de los Caballeros (Rep. Dominicana).
§  San Felipe y Santiago de Montevideo (Uruguay).
En México, fue costumbre respetar los topónimos indígenas pero agregándoles el de un santo patrón, por lo que la protección fue encomendada al apóstol Santiago, por estados, en:


AGUASCALIANTES:
Jesús Maria.
COAHUILA:
Provincia de Santiago de México.
CHIAPAS:
Amatenango del valle.
Cacahoatán.
Tenejapa.
Yajalón.
D.F.
En Xochimilco: Santiago Tepalcatlalpan, Santiago Chililico, Santiago Tulyehualco.
Santiago (Tlatelolco).
GUANAJUATO:
Maravatio.
HIDALGO:
Atotonilco de Tula.
Tecozautla.
Tlautla.
Tlapanaloya.
JALISCO:
Tonalá.
ESTADO DE MÉXICO:
Chalco.
Ocuilan.
Santiago Acutzilapan.
Santiago Oxtoc.
Santiago Maxdá
Santiago Temoaya.
Santiago Tianguistenco:
Santiago Yeche.
Santiaguito.
MICHOACÁN:
La piedad.
Sahuayo.
Tarandacuao.
Tingambato.
Tuxpan.
Uruapan.

MORELOS:
Axochiapan.
Chalcatzingo.
Jantetelco.
Jiutepec.
Zacatepec.
NAYARIT:
Compostela.
NUEVO LEON:
Villa de Santiago.
OAXACA:
Jixtlahuaca.
Niltepec.
PUEBLA:
Cuetzalan.
Chignahuapan.
SANTIAGO QUERÉTARO.
SAN LUIS POTOSÍ.
San Luis Potosi.
TAMAULIPAS:
Altamira.
VERACRUZ:
Acultzingo.
Álamo
Ayahualulco.
Carrillo Puerto.
Coacoatzintla.
Coatzintla.
Moloacan.
Santiago Tuxtla.
Temapache.
Tlacotalpan
Tlaltetela.
Tlapacoyan.
Totutla.
ZACATECAS:
Juchipila.



Si sabes de otros lugares en México, en que se venere a este Apóstol, agradeceré tu comentario.

FUENTES:

INFORMACIÓN DE LA HACIENDA DE SANTA MARÍA DE GUADALUPE DOXICHO EN EL CATÁLOGO DE PROTOCOLOS DE LA NOTARÍA No 1 DE JILOTEPEC.


Se entiende por hacienda a una finca agrícola de gran tamaño, de carácter latifundista, con un núcleo de viviendas, normalmente de alto valor arquitectónico. Como sistema de propiedad fue de origen español, concretamente andaluz, pero el modelo fue aplicado en a América durante la época colonial.
La hacienda de Santa María de Guadalupe, alias Doxichó, correspondió a lo que hoy es la comunidad con este nombre, en el municipio de Jilotepec y mucho más, se localiza en las coordenadas: longitud: -99.556944 y Latitud: 19.929167

El vocablo significa: “Piedra del sauz”, "del otomí:  Dexhizo, que se descompone en Do: piedra; y Xhizo: sauz (Olaguibel y Peñafiel. Diccionario toponímico geográfico del Estado de México).


En este escrito no es la intención hacer una descripción detallada del poblado, sino que únicamente me habré de referir la información recavada de los protocolos conservados en las fichas catalográficas del documento citado. Este documento lo he podido consultar tanto en el Archivo General de Notarías del Estado de México, como en la Biblioteca Central de Toluca, en el Centro cultural Mexiquense. Se divide en dos tomos que contiene las fichas catalográficas de los protocolo registrados en la Notaría número 1 de Jilotepec (única entonces) desde 1696 hasta 1808, es decir, comprende parte del siglo XVII, todo el XVIII y los primeros años del XIX.


De la información recabada, se obtiene que el primer dueño citado de dicha propiedad es Juan Cristóbal del Castillo y posteriormente a su hijo Antonio Miguel quien aparece como tal en 1712; este a su vez es mayordomo de la cofradía del Santísimo Sacramento (a veces se cita “Cofradía de nuestra señora de los Dolores)[1] y fundador de la capellanía de San Francisco. Ambos debieron ser personas de reconocimiento en el entorno ya que a menudo aparecen como apoderados de diversas personas para llevar sus asuntos legales.
La familia Castillo fue dueña de la hacienda de Santa María de Guadalupe Doxichó, durante los siglos XVII, XVIII y XIX, durante cuatro generaciones. La familia se conformó así: Juan Cristobal del Castillo es padre de Antonio Miguel Castillo y Zúñiga quien se casa con Felipa Trejo, procrearon a Antonio Gregorio (o Antonio Miguel), Rosa María, Micaela, Josefa Casimira, Antonia, María Gertrudis, Gregoria, Juan Dionisio y Luis Antonio. A la muerte de Antonio y Felipa, a mediados del siglo XVII, se convierten en sus albaceas y herederos; pero no sé por qué razones, no se reparten la herencia, tal vez para no dividir la hacienda. La repartición será muchos años después.
 
Desde 1716, Antonio del Castillo compra ranchos por los alrededores: en San Francisco Soyaniquilpan, en Jilotepec, En Acambay, en Chapa de Mota, en Villa del Carbón, en San Agustín, en Canalejas, acrecentando con esto la hacienda; pero la extensión territorial no es continua, sino que posee muchos ranchos diseminados.
 
Sus hijos también debieron ser gentilhombres, pues al igual que don Antonio Miguel, son nombrados albaceas o apoderados legales de diversas personas. El primero en aparecer con estos encargos en Antonio Gregorio, pero también destacan posteriormente, Juan Dionisio y su hijo Juan Lázaro. Entre familiares mismos también se otorgan poder para llevar sus asuntos legales. 
 
Así como compran tierras, también mercadean con las que tienen, vendiendo ranchos o regenteándolos, así está la venta, en 1778, del rancho el Quinte, de San Francisco Soyaniquilpan, al Marqués de Villar del Águila, dueño de la hacienda de la Goleta y el rancho “Ondiga” en el partido de Acambay a Diego de Navarrete. Entre la familia misma también se da el acto de compra venta.
Antonio Gregorio del Castillo se convierte en albacea y apoderado de sus hermanas, aunque este cargo pasará después a Juan Dionisio y más tarde a Juan Lázaro. Este Antonio se casa con María Guadalupe y engendran a José, Francisco, Justa y Josefa.
Rosa, Josefa Casimira, y Antonia permanecieron doncellas.
Micaela procreó a Ana Polonia, María Josefa de Jesús y a Luis.
María Gertrudis se casó con Felipe del Castillo pero se dejaron habiendo procreado a María Bárbara, Antonia Silveria y a Vicenta Luisa. Nombra como su apoderado legal a su sobrino Juan Lázaro. De sus hijas, Antonia Silveria se casa con José Barreda; Vicenta Luisa con Antonio Vicente Mirada y estos engendran a Vicente.
Gregoria Josefina casó con José Mendieta y procrearon a Bernardo y María Manuela.

Juan Dionisio, que en 1774 es apoderado de los integrantes de la cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, procrea a Juan José y Juan Lázaro, ambos aparecerán continuamente como personas dotadas de poder para llevar asuntos legales, ya sea de la familia o de fuera de ella. Destaca que junto con su hermano Antonio Gregorio, fueron cabezaleros de los de Canalejas para llevar un litigio que mantuvieron contra los de San Lorenzo.
Juan Lázaro será quien reparta finalmente todos los bienes a los herederos o sus sucesores hasta 1785, pues poco a poco fue nombrado apoderado de sus tíos, primos y hermanos, y de varios de ellos su heredero, por lo cual se convertirá más tarde en el único dueño, por lo que si la hacienda se había desmembrado, es Juan Lázaro quien la vuelve a unificar. Se casó con María Antonia Romero, a quien deja viuda, por lo que esta, en 1792, es dueña de la hacienda en consorcio con sus hijos menores, de los que es tutora. Seguramente no pudo llevar la hacienda, ya que en 1802 don de Juan Francisco Durán es dueño de la hacienda de Nuestra Señora de Guadalupe Doxhichó, que la obtuvo por remate en $5,261 pesos, 2 reales 10 granos, este tiene como apoderado al Sr. Francisco Javier Beña, natural de los reinos de Castilla, vecino de Querétaro; y a partir de 1803 Francisco Javier Beña, aparece como dueño de la hacienda y se ha avecindado en ella.

En los últimos protocolos, entre 1807 y 1808, se cita a la hacienda como colindante de algunos ranchos y pueblos, así están: el rancho de Las Manzanas, el rancho Buen día, y el pueblo de San Lorenzo.

Entre los notarios o escribanos ante quienes se realizan tales actos están: Fernando Díez de Molleda ( 1712 a1716), Manuel Colomo (1717), José Manuel Bayeto (1761), Francisco Sánchez (1774), Manuel José de los Ríos (1764 a 1766), Juan de Verroja Albiz (1778 a 1781), José Manzanedo (1783), Fernando Bueno (1784 a 1786), Joaquín Gómez de Cosío (1784), Rafael guerra (1792), Alonso de Valenzuela y Aguilar (1794). Aclaro que los años que se citan no marcan todo el periodo que ejercieron como notarios, sino que solamente son aquellos en los que se practicaron los protocolos.


Para finales del siglo XIX y principios del XX, aparece como proietario de ésta hacienda El Sr. Agustín Espinoza, (Antonio Hutrón Huitrón. Monografía municipal de Jilotepec) que también lo es de la hacienda de Arroyo Zarco, en Aculco, siendo el administrador el Sr. Marciano Carrasco Espinoza, originario de Otumba, quien muere en 1920. Le sustituye en la administración su hijo Gonzalo Carrazco Madrigal , quien en 1924 se casó con Dolores Bassols García-Teruel (hermana de Narciso Bassols García-Teruel)  el 20 de mayo de 1924, instalándose el matrimonio en dicha hacienda , donde le nacen sus tres hijos mayores. 

Sr. Gonzalo Carrazco Madrigal, con su hija Dolores.

(Información y fotos proporcionadas via e.mail por Martha Beatríz González Mendoza)

Desconozco lo que pasó posteriormente hasta la reforma agraria; pero según la informante antes citada, cuando llegó el reparto agrario, el Sr. Gonzalo Carrazco intentó todo lo que estuvo a su alcance para salvar las casonas que conformaban el casco de las haciendas de Doxhicho y Arroyo Zarco; pero nada pudo hacer.

Posteriormente fue la escuela Telesecundaria "Francisco I Madero", luego bodegas del municipio. Hoy solo ruinas, solo subsiste lo que fue la capilla, pues es el templo del lugar. En lo que fue la casa se ha levantado algunas viviendas por lo que se aprecian muros antiguos combinados con las nuevas técnicas de construcción. Se encuentran aún en pie los arcos del portal, y los muros de los graneros, uno de los cuales posee una escalera de doble entrada que conducía al tapanco, hoy inexistente. Algunas de sus ventanas aún conservan las rejas de protección.




[1] Prestaban dinero a rédito y adquiría propiedades. Esta cofradía adquirió rancho junto al hoy pueblo de Buena vista, que se le identificaba como “la propiedad de la comunidad del Espíritu Santo” con el tiempo, hasta hoy, solamente se le denomina “La Comunidad”.

CONIN Y SU DESCENDENCIA.


El indígena Conin, Ko-ni o Conín (palabra otomí que significa ruido), nació en el último tercio del siglo XV en Nopala, provincia de Jilotepec, hoy estado de Hidalgo. Cacique otomí de Xilotepec que desde antes de la caída de la Gran Tenochtitlán comerciaba y traficaba con las tribus chichimecas en La Cañada en Querétaro y sus alrededores, por lo cual mantenía buenas relaciones con ellos.

Hacia 1529, Hernando Pérez de Bocanegra era encomendero en Apaseo y entró en contacto con Conín, quien para entonces ya se había establecido en La Cañada, a poca distancia de Querétaro. Acompañaba a Hernán Pérez de Bocanegra, Juan Sánchez de Alanís, que era un joven de 20 años, que conocía la lengua otomí, y que se propuso convertir a Conín al cristianismo. Al comprobar las buenas disposiciones de Conín, Hernando Pérez de Bocanegra llevó a La Cañada a franciscanos de la provincia de Michoacán, que terminaron la instrucción catequética de Conín y bautizaron a los otomíes de esa población. Los otomíes se convirtieron en los principales aliados de los españoles en su lucha contra los chichimecas. Los caciques otomíes ganaron prestigio, privilegios y tierras a cambio de su apoyo para la defensa de los caminos de la plata que ligaban a la ciudad de México con los nuevos centros mineros de Zacatecas y Guanajuato.

La historia habla de que para extender los dominios de la Corona, y con la colaboración del jefe español Hernán Pérez y del cacique otomí ya españolizado, Nicolás de San Luís Montañez, descendiente de los reyes de la Gran Provincia de Xilotepec y Tula, a la postre Capitán General de Entradas, cuando los militares españoles habían logrado dominar la región del señorío otomí de Xilotepec, lugar donde se planeó la conquista y pacificación del territorio queretano, piden ayuda a Conin para que convenciera a los indígenas de dejarse conquistar sin violencia, para evitar una guerra.

En 1530, Conín se unió a Nicolás de San Luis Montañez, su pariente político, y juntos, con la ayuda de mexicanos, tlaxcaltecas y españoles, formaron un ejército de unos 500 hombres con el fin de pacificar y cristianizar las tierras bárbaras de los chichimecas, y las que corresponden, aproximadamente, al actual estado de Querétaro. La leyenda se cubre con el oropel de la fantasía religiosa para la evangelización: refiere un combate entre 60,000 hombres sin armas, a mano limpia, proseguido de un eclipse, de las apariciones de una cruz refulgente y de la figura galopante de Santiago Apóstol. Al alborear el 25 de julio de 1531, las huestes de Fernando de Tapia y Nicolás de San Luis Montañez, por un lado, y por el otro y las de don Lobo y don Coyote, jefes indígenas, iniciaron la contienda, se enfrentaron cristianos y gentiles, (todos indígenas) en la loma conocida con el nombre de Sangremal, y puestos en fila, en número igual de combatientes, se trabó de una y otra parte la lucha tan reñida, que llegaron a herirse a puños cerrados. Lo importante es la conquista de los otomíes de Querétaro gracias al apoyo de Conin, quien por este acontecimiento se le considera Cofundador del pueblo de Humilpan en 1529, de San Juan del Río y Querétaro en 1531 y la actual ciudad de Apaseo el Grande entre 1525 y 1538.

Otros personajes importantes que además de Conín participaron en la fundación, de la ciudad de Querétro, fue el propio don Nicolás de San Luis Montañés, don Juan Sánchez de Alaniz (que posteriormente diseñó la traza urbana de la ciudad) y fray Jacobo Daciano, de la orden franciscana; quien bautizó a los primeros indígenas Pames que abrazaron el Cristianismo en esta región.

En 1529 Después de la conquista de Querétaro, Conín fue nombrado Gobernador de la república de indios con lo que se convierte en Cacique, tras haber sido convencido por el encomendero Hernán Pérez de Bocanegra de convertirse al catolicismo. Fue bautizado por Juan Sánchez de Alanís, criado de Bocanegra, recibiendo el nombre español de Fernando de Tapia. Al bautizarse Conín, toma el nombre de Hernándo (Fernando) en agradecimiento a Hernándo Pérez Bocanegra por lo que había hecho por él; el apellido Tapia por don Andrés de Tapia, encomendero de Jilotepec, quien fue su padrino.
Fernando de Tapia llevó consigo a comunidades familiares otomíes de las regiones cercana a Xilotepec, para crear otros pueblos de agricultores en torno al camino de tierra adentro y gracias a su visión se convirtió en el otomí más importante y poderoso dentro del orden español, al grado de que el banco hipotecario más importante del Bajío fue de origen otomí. Como resultado de esta expansión, también se tuvieron las primeras migraciones importantes, pues indígenas de distintas zonas, sobre todo del centro de México y de Michoacán, también llegaron a Querétaro y reforzaron su importancia económica y comercial.

En 1550, Fernando de Tapia se convierte en Gobernador Vitalicio de Querétaro.

Fernando de Tapia contrajo matrimonio con Magdalena Ramírez, de origen otomí y sobrina de Nicolás de San Luis Montañez. Procrearon cinco hijos: Diego, Magdalena, María, Catalina y Beatriz.

Las hijas de Fernando de Tapia casaron con indios principales, caciques de comarcas circunvecinas, matrimonios con los que se establecieron alianzas para un mayor control de las zonas conquistadas. Catalina contrajo nupcias con Gaspar de Salazar, principal de Tajimaroa; Magdalena con Pedro Huitziméngari, de la estirpe michoacana; María con Miguel Ávalos, principal de Xilotepec y gobernador de Querétaro y Beatriz con Francisco de León, principal de Acámbaro y también gobernador de Querétaro. Todas enviudaron y de ninguno de estos enlaces se registró descendencia. Por lo menos tres de ellas no sabían leer y escribir el castellano.

Diego se casó dos veces; todo lo que se sabe de su primera mujer, es que era probablemente una india cacica nacida en Querétaro. Su segunda esposa la cacica María García, también había nacido en Querétaro. Doña María sobrevivió a Diego de Tapia, que murió en 1571, casi treinta años y finalmente se casó con otro funcionario indígena. Llevó muy pocos bienes a su matrimonio, tal vez porque había recibido tan solo una pequeña parte de la herencia de su esposo Diego de Tapia. Para la década de 1640, ya era dueña de una considerable extensión agrícola que Ella y su segundo esposo habían acumulado. Cuando hizo testamento conservó religiosamente la memoria de la familia Tapia, disponiendo que se dijeran misas por Diego de Tapia en el convento de Santa Clara y por una de sus hermanas en el convento de San Francisco. Aún cuando se había casado con dos indios importantes, que prácticamente vivían como españoles, Doña María nunca aprendió a hablar español, ni estableció fuertes relaciones con la comunidad española.

Las hermanas de Diego de Tapia tenían un mejor instinto para descubrir las oportunidades económicas que sus esposos. En particular Doña Beatriz y Doña María, las dos viudas y sin hijos allá por 1590. Concertaban numerosos contratos de negocios, aún cuando probablemente no hablaban español, ya que siempre comparecían con un intérprete.

De todas las hijas de Conín Doña Beatriz fue la única que trató de volverse a casar. Después de la muerte de su primer marido, Francisco de León, Gobernador de Acámbaro, Hizo un convenio con Miguel de Saucedo, inmigrante de Toledo, por medio del cual prometía llevar una dote de un tercio de sus bienes cuando se casaran; sin embargo posteriormente nunca aparece como su marido, sino como su fiador, y cuando Beatriz hizo su testamento en 1601 dejó un terreno a Doña Juana de Tapia, tal vez pariente, a quien se hacía referencia como la esposa de Saucedo. Las propiedades doña Beatriz se extendían en Querétaro y Apaseo. Con posteridad a su muerte muchas de ellas fueron destinadas a las capellanías.

Los intereses rurales de Doña María se inclinaban más hacia la ganadería que los de Doña Beatriz de Tapia. Las utilidades provenientes de las tierras de pastoreo y de la venta de ovejas eran mayores que las de las cosechas agrícolas. Para la venta de ganado Doña María utilizaba los canales de distribución que había establecido su hermano Diego. La extensión de sus tierras nunca llegó a ser tan grandes como los de Doña Beatriz. Era muy grande el total de propiedad de las tierras de la familia Tapia, que se extendían principalmente hacia el occidente, pero que incluían también tierras para pastoreo de ovejas al norte de San Miguel El Grande.

Diego de Tapia garantizaba los contratos de su hermanas y tomaba a su cargo sus deudas cuando no podían pagarlas. Las hermanas De Tapia siempre se sometían a la pericia de Diego su hermano en materia de finanzas. Le otorgaron poderes para cobrar adeudos, comprar y vender propiedades e iniciar procedimientos judiciales pues fue nombrado albacea de las herencias de sus hermanas.

La última heredera de los Tapia que aparece en los registros notariales fue Doña Luisa de Tapia, nieta de Conín, hija de Diego de Tapia. Nacida en 1590 y fallecida el 22 de septiembre de 1663, como monja, abadesa y patrona del cuarto convento más grande de La llamada Nueva España, con el nombre de María Luisa del Espíritu Santo. María Luisa de Tapia Nació hacia 1590, hija de Diego de Tapia y María García. Cuando quedó huérfana de madre fue llevada a la ciudad de México al convento de Santa Clara, donde convivía con las religiosas. La mayor parte de la vida de la nieta de Conín, Luisa de Tapia fue dentro de los muros del convento de Santa Clara en donde tomó el nombre de Luisa del Espíritu Santo Periódicamente aparecía su nombre entre las monjas del convento cuando este celebraba obligaciones contractuales, por lo que su firma muestra que tenía educación y hablaba español. Volvió a Querétaro con varias monjas de los conventos de Santa Clara y de San Juan de la Penitencia, el 13 de enero de 1607; vino como abadesa sor Elvira Sánchez de Figueroa. Ahí profesó Luisa el 22 de abril de 1607. Cuando este recinto fue insuficiente, en 1633 se trasladaron a su nuevo convento construido en el solar les había donado su tía María, mismo que sufrió muchas modificaciones hasta destruirse en 1864.

Como no había herederos varones supervivientes, el dominio social y económico terminó a principios del siglo XVII. El nivel del control económico y de la prominencia social que había alcanzado la familia nunca pudo ser igualado por otros indígenas. Aún así, el término “cacicazgo” que en general se aplicaba a las tierras de indios de otras regiones no es el adecuado para las tierras del hijo de Conín, Diego de Tapia y de sus cuatro hermanas. Se empleó solamente en una ocasión, que fue la confirmación oficial de las tierras recibidas por Diego de Tapia en herencia de su padre Conín.

Ni el linaje, ni la propiedad de tierras anteriores a la conquista, fueron el prestigio de la familia, sino las hazañas de Conín al iniciarse la fundación española de Querétaro. Diego y las hermanas aprovecharon la riqueza y reputación de su padre, así como una sensata administración de los bienes para engrandecer sus propias posiciones sociales y económicas.

Cuando la vida de Diego de Tapia llegaba a su fin, era la de un hombre completamente españolizado, sus hermanas en cambio viviendo aún en Querétaro eran grandes terratenientes y miembros de congregaciones y cofradías españolas, siguieron siendo indias. Diego participó con la Corona Española en la conquista de nuevas posesiones. Se dedicó con bastante provecho a la ganadería y a la agricultura. Falleció en noviembre de 1614. En 1633 sus restos mortales fueron trasladados al presbiterio del nuevo templo de las clarisas, del lado del Evangelio, en cuyo muro fue pintado su retrato orante y su escudo de armas.

Los Tapia desempeñaron un papel muy importante para la colonización del Bajío. Conín sirvió como eslabón entre El Valle de México y El Bajío desde antes de la fundación española de Querétaro y su familia sirvió como eslabón entre las zonas colonizadas y las que no, entre las zonas urbanas y las pequeñas poblaciones, entre los españoles y los mesoamericanos.


En el segundo tercio del siglo XVII, con la muerte de la religiosa María Luisa del Espíritu Santo, se cerró el ciclo de las tres generaciones de esta familia de caciques.

Como se lee en el interior de este artículo, se cita a Juana de Tapia pero se desconoce el vínculo familiar dentro del clan; también encuentro relacionados a Clara de Tapia, la cual se dice descendiente de Diego y Sobrina de María Luisa del Espíritu Santo y de Mateo de Velazco y Ávalos; pero hasta el momento desconozco el vínculo familiar.

FUENTES:
http://www.bisabuelos.com/lib/luisiana04.html.
http://www.e-local.gob.mx/work/templates/enciclo/queretaro/hist.htm
http://eloficiodehistoriar.com.mx/2010/04/22/los-tapia-caciques-de-...
http://www.upgto.edu.mx/Documentos/MUNICIPIOS/Municipio_Apaseo_Gde.pdf
http://www.mexicodesconocido.com.mx/notas/1391-leyenda-dorada:...

¿QUÉ CON LOS APELLIDOS?


El apellido es el nombre antroponímico de la familia con que se distingue a las personas. En la mayoría de los países de habla castellana, cada persona suele tener dos apellidos derivados de la familia de su padre y madre (apellidos paternos y maternos, respectivamente). Por tanto, la identificación o nombre de una persona en la tradición hispánica está compuesto de: nombre de pila (o simplemente nombre, pudiendo ser más de uno) - apellido paterno y apellido materno. El registro de los apellidos se realiza al inscribir a una persona en el Registro Civil.
Origen de los apellidos hispánicos
La mayoría de los apellidos, según el origen, se pueden dividir en:
  • Apellidos patronímicos.
  • Apellidos toponímicos.
  • Apellidos derivados de oficios.
  • Apellidos descriptivos.
  • Apellidos castellanizados.
Apellidos patronímicos
Los apellidos patronímicos están muy difundidos y son aquéllos que han sido originados por un nombre propio. En la antigua Corona de Castilla y en países que fueron sus colonias, se utiliza principalmente la desinencia "-ez". Por ejemplo, del nombre de pila Lope deriva López, así, Fernández es un derivado de Fernándo.
Con similar significado tenemos el sufijo -son (‘hijo’) utilizado en apellidos nórdicos e ingleses (Harrison, Morrison, Edison), "-ovich / -evich" y "-ov (a)/ -ev (a)" de los apellidos rusos y otras culturas eslavas; además de los prefijos Ibn- o Bin- de los árabes, Ben- de los judíos, Mac- y Mc-, de los escoceses e irlandeses, u O'- de los irlandeses.
Sin embargo, algunos apellidos patronímicos no se transformaron y simplemente existen como el nombre que los originó, y que, en algunos casos, ha caído en desuso (como pueden ser, entre otros, Alonso, Bernabé, Bernal, García, Juan, Vicente o Simón). Otros apellidos patronímicos se forman por sintagma preposicional: Del Frade o Del Frate (‘hijo del fraile’), Del Greco (‘hijo del griego’), De los Reyes, etc. En México, este fenómeno se dio en las comunidades indígenas que carecías de apellido, y al ser bautizados, cuando se perdió la costumbre de otorgar el apellido del padrino, se le dejó como tal el nombre del patriarca, así están; Doroteo, Santiago, Gregorio, Silverio, Blas…
Un apellido no patronímico por excelencia es "Expósito" o "Espósito", que a menudo se daba antiguamente a los infantes abandonados de padres desconocidos.
Algunos apellidos patronímicos son:

Álvarez (Álvar, Álvaro)
Antolínez (Antolín)
Antúnez (Antón, Antonio)
Benítez (Benito)
Bernárdez (Bernardo)
Bermúdez (Bermudo)
Díaz, Díez, Diéguez (Diego)
Domínguez (Domingo)
Enríquez (Enrico, Enrique)
Fernández, Hernández (Fernando, Hernán)
Galíndez (Galindo)
Gálvez (Galve)
Garcés, Garcez (García)
Giménez, Jiménez, Ximénez, Ximenes (Ximeno)
Gómez (Gome, Guillermo)
González (Gonzalo)
Güemes, Guémez (Gome)
Gutiérrez (Gutierre)
Henríquez (Henrique)
Hernández (Hernán)
Ibáñez (Juan)
Íñiguez (Íñigo)
Jiménez (Jimeno)
López (Lope)
Márquez (Marcos)
Martínez (Martín)
Meléndez, Menéndez (Melendo, Menendo)
Méndez (Mendo)
Mínguez (Mingo o Domingo)
Munóz (Muño)
Nunes (Nuno)
Núñez (Nuño)
Ordóñez (Ordoño)
Ortíz (Ortún)
Pelaez (Pelayo)
Pérez, Peretz, Peres (Pere, Pero, Pedro)
Ramírez (Ramiro)
Rodríguez (Rodrigo)
Ruiz (Roi o Roy, Ruy, hipocorísticos de Rodrigo)
Sánchez, Sáez, Sáenz, Sainz (Sancho)
Suárez, Juárez, Xuárez (Suero)
Téllez (Tello)
Toledo (Toledo)
Valerio (Valerio)
Velázquez (Velasco)
Yagüe, Yágüez (Yagüe o Yago < Santiago)

Apellidos toponímicos
Estos apellidos son los más difundidos en el mundo hispano. Derivan del nombre del lugar donde vivía, procedía o poseía tierras la persona o familia asociados al apellido. Muchos se encuentran precedidos de la preposición "de", "del", "de la" o simplemente son gentilicios.
Estos derivan desde la antigüedad, pasando por la Edad Media, ejemplo: Tales de Mileto, Agustín de Hipona…
Algunos apellidos toponímicos son:

Alameda
Alarcia
Altamirano
Anglés
Aragonés
Aranda
Arellano
Arriaga (pedregal)
Arroyo
Arrúa
Asturias
Artiga (tierra arada)
Ávila
Avilés
Aya
Bailén
Barahona / Baraona
Barceló
Bilbao
Bisbal
Braga
Burgos
Carpio (Valladolid)
Carranza
Caastañeda
Catalán
Ceervantes
Cózar (Ciudad Real)
Cuéllas (Segobia)
Cuenca
Dávila (resultado de la contracción De Ávila)
Frontera
Gallego
León
Linares
Madrid
Mansilla
Marín, marino
Miranda
Monclús
Montes
Montilla
Morata
Nápoles
Navarra / Navarro
Ocaña
Olloqui
Orellana
Palmar
Orihuela
Riancho
Ribadavia, Rivadavia
Rivas
Sarabia
Sangüesa, Sanhueza, Sambuesa, Zanhuesa
Salazar
Saldaña
Santander
Santisteban
Serrano
Sevilla
Silveira
Soria, Soriano
Soto
Tarragó
Tarragona
Tárrech
Toledo, Toledano
Torquemada
Torrente
Torres
Valderas o Balderas Valldovinos
Valenzuela
Valpuesta
Valverde
Vargas
Viera
Villa
Villalba
Villanueva
Villena
Viñas
Vitoria
Zamorano.


También se aplica a los accidentes geográficos, o cosas de la naturaleza, de todo lo que el hombre ve y conoce sobre la faz de la Tierra:

Cerro
Colina
Costa
Cuevas
Hoyos
Lago / Lagos
Laguna
Montemayor
Montaña
Montes
Nieves

También los nombres de la flora: árboles (Castaño, Olmo, Encina, Palma, Robles,Granado/Granados); de flores, muy frecuentemente adoptados por los judíos conversos y los  moriscos, (Clavel, Flores, Rosal) o en otros idiomas Stengel (‘tallo’, en alemán); de edificaciones o partes de éstas (Castillo, Columna, Palacios, Paredes, Atalaya); de animales (Toro, Vaca, Cabeza de Vaca, Águila, Aguilar, Aguilera, Cordero); de partes de una ciudad (Calle, Fuentes, Plaza, Puente); de los colores (Blanco, Pardo, Rojo, Verde).
Apellidos de oficios o profesiones
Son aquéllos que derivan del oficio o profesión que ejercía la persona o familia asociada al apellido. Algunos apellidos de oficios o profesiones son:

Alcalde, Alcaide
Alférez
Ballester, Ballestero, Ballesteros.
Batanero
Barbero
Botero.
Caballero.
Camarero
Caminero
Cantero
Carpintero, Carpinteiro
Carnicero
Carreiro
Carretero
Castillero
Cerecero
Cillero
Correa
Cubero
Escrivá
Ferrer, Ferrero, Ferrufino, Herrera, Herrero
Guerrero
Hidalgo
Jurado
Labrador
Manzanero
Marinero
Merino (nombre del juez o autoridad de una merindad)
Melero (mercado de la miel)
Molinero
Morterero
Notario
Ovejero
Panadero
Pastor
Sabater (cat. Zapatero)
Sacristán
Saetero
Sastre, Sartori
Sillero
Soldado
Teixidó (Evolución de Teixidor en catalán o Tejedor en castellano)
Tejedor
Tornero
Vaquero
Verdugo
Zapatero

Apellidos de apodos o de descripciones
Son aquéllos que derivan de una descripción o algún apodo de la persona o familia asociada al apellido. Algunos apellidos de apodos o descripción física son:

Aguado
Alegre
Barriga
Bello
Bermejo (rojo)
Blanco
Bravo
Bueno
Cabello
Cabeza
Cabezón
Calvo
Cano
Castaños
Cortés
Crespo
Delgado
Descalzo
Gallo
Gordo
Grande
Hermoso
Hurtado
Leal
Lozano
Manso
Malo
Matamoros
Moreno
Pequeño
Pinto
Prieto
Rojo
Rubio
Seco

La influencia de la Inquisición
Algunos apellidos compuestos como San Basilio, San Juan, San Martín, Santamaría, Santana, Santángelo, Santiago o en general aquellos que comienzan con San, Santa o Santo o Santos nacieron entre otros casos, en épocas de la  Santa Inquisición española, cuando los sefardíes, moriscos, gitanos y otras etnias tuvieron que huir y cambiar de apellidos usando estos compuestos. Un caso particular es el de Santos, de origen judío español, que debido a la persecución de la Iglesia Católica, obligó o forzó a quienes llevaban este apellido a emigrar a Italia y este apellido se italianizó Santi (Santi es un apellido italiano en plural que traducido al castellano significa Santos, he aquí la concordancia). Esto ocurrió en el siglo XVI. También existe un ejemplo de un apellido español italianizado que es Borja y que cambió para Borgia, que es la famosa familia radicada en Italia.
Apellidos castellanizados
Los apellidos castellanizados son aquéllos que no tienen un origen hispano, pero que con la influencia del castellano fueron transformándose con una grafía o gramaticalmente a lo más parecido en la fonética española; lo más común es debido a la presencia de algún individuo de un linaje extranjero radicado en España o sus antiguas colonias. También son castellanizados algunos apellidos de procedencia indígena, siendo común que algunos apellidos fueran adaptados a otros ya existentes debido a que tienen una fonética similar.
Algunos apellidos castellanizados son:

Acuña: del portugués Cunha
Chuquisengo: de origen peruano
Farías: de origen portugués (Fariao)
Gallardo: procede del francés Gaillard o Gallard
Guiñón: procede del francés (Guignon)
Hasbún: apellido de origen árabe
Guiñazú: del francés
Jara: del árabe "lleno de vegetación"
Jufré: del normando Geodfrey
Letelier: del francés L'Hôtelier
Medina: voz árabe
Moctezuma: emperador Azteca
Morandé: del francés Morandais
Rubilar: del francés Roubillard
Trisera: del portugués Teixeira
Feijóo: del gallego Feixo.