Al mirar cuando mi madre atendía su pequeña granja,
observé que en las aves de corral existen ciertos caprichos o “emociones” que
las asemejan a los humanos; por ejemplo: se pelean por cualquier
insignificancia como un grano de maíz o una lombriz. El gallo, como buen
“galán” intenta atraer la atención de las pollas. Más allá un pollo busca bulla
con otro más pequeño. Otro pollo quiere dominar al gallo, como los jóvenes
arrogantes que quieren darles clases a sus mayores. Cuando dos pollos pelean y
uno ya domina al otro, los demás ignoran el asunto. Los pollos de incubadora
que le fueron “arrimados” a la gallina, ignoran a esta y atienden el llamado de
cualquier otra ave de la granja, ilustrándonos que “quien no conoce a Dios, a
cualquier ídolo se le inca”; en cambio, los pollitos nacidos en la misma granja
conviven en torno a la gallina cual familia unida.
Pero lo que más atrajo mi atención fue descubrir que
entre las gallinas de postura existen tres tipos en cuanto si anuncian o no el
huevo. Primero están las gallinas que al poner el huevo lo cacarean para que
todos se den cuenta de ello, entonces viene el granjero y lo recoge. En segundo
lugar están las gallinas que ponen el huevo pero no lo cacarean y nadie se da
cuenta de ello, por lo que si la gallina no tiene un nido fijo, puede ocurrir
que este se pierda o se lo coma el perro. En último lugar están las gallinas
escandalosas, aquellas que cacarean sin haber puesto, por lo que resulta una
falsa alarma para el granjero.
Así también en la sociedad existen tres tipos de gentes:
los que habiendo alguna acción, la presumen, lo gritan, lo anuncian al mundo
para que se de cuenta de aquello que han hecho. Esto es un dilema, pues habrá
que descubrir a aquellos que anuncian sus acciones con buenas intenciones, es
decir, para que los demás utilicen lo que realizó, y entre aquellos que lo
anuncian sólo con el afán de presumir. En segundo lugar están aquellos que de
una manera callada hacen lo que tienen que hacer. Esto es otro dilema, ya que
puede ser por modestia, esperan que se vea la obra, pero no el autor; pero
puede ocurrir que nadie se de cuenta de la obra y quede muerta en la ignorancia
o en el olvido. Y en último lugar están aquellos que prometen, que dicen ser o
tener, sin cumplir, sin ser o sin tener. Estos son los mentirosos, charlatanes
y oportunistas, de los que están llenos algunos partidos políticos; a estos
pertenecen también algunos servidores públicos que durante su administración
nada o poco hicieron, pero que en su informe dicen haber hecho hasta las flores
del jardín.
Existen cuatro tipos de gallinas/humanos . . . las que no ponen ni cacarean . . .
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